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Un equipo liderado por la profesora Beatriz Prieto-Simón en el l’Institut Català d’Investigació Química (ICIQ), en Tarragona, ha desarrollado una nueva forma de monitorizar el crecimiento de biofilms bacterianos, utilizando herramientas electroquímicas simples y de bajo coste. Este avance podría abrir las puertas al seguimiento en tiempo real de cómo los tratamientos con agentes antibacterianos o el uso de antibióticos afectan a los biofilms, conocidos por su resistencia a las intervenciones médicas.
Los biofilms son agrupaciones de bacterias que se adhieren a superficies y quedan envueltas en una capa protectora producida por ellas mismas. Aunque son comunes en la naturaleza, también están asociados a graves problemas de salud. Pueden formarse en heridas crónicas, donde bloquean la cicatrización, o adherirse a dispositivos médicos, aumentando el riesgo de infección y fallo del dispositivo. Lo más preocupante es que los biofilms pueden resistir tratamientos antimicrobianos hasta mil veces más que las bacterias libres, contribuyendo al reto global de la resistencia antimicrobiana. Por ello, detectarlos y monitorizarlos de forma temprana es esencial para prevenir infecciones persistentes.
El equipo del ICIQ ha creado sustratos de silicio mesoporoso carbonizado (C-pSi) que cumplen una doble función: actuar como superficie para el crecimiento de biofilms y como electrodos capaces de detectar su desarrollo mediante señales electroquímicas. Con técnicas como la voltamperometría cíclica y la espectroscopía de impedancia electroquímica, los investigadores han logrado capturar patrones electroquímicos característicos relacionados con el crecimiento de los biofilms. Lo más relevante es que estas mediciones pueden realizarse con dispositivos portátiles y asequibles, lo que abre la posibilidad de aplicaciones en el punto de atención médica.
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