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Cada año se diagnostican en España más de 2.500 nuevos casos de esclerosis múltiple (EM) y la cifra de personas afectadas por esta enfermedad autoinmune superaba las 55.000 en 2024, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En términos globales existen alrededor de 2,8 millones de personas con esclerosis múltiple y las cifras de nuevos diagnósticos se ha incrementado un 22% a lo largo de la última década.
La esclerosis múltiple se produce cuando el sistema inmunitario ataca el encéfalo y la médula espinal por causas que no han sido identificadas. Sus síntomas varían de una persona a otra y dependen de la ubicación y gravedad del daño que se produce en la fibra nerviosa. Aunque no existe actualmente una cura para esta enfermedad, el tratamiento puede reducir los síntomas, prevenir nuevas recaídas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
La biotecnología nos permite avanzar hacia soluciones más dirigidas, eficaces y personalizadas. Su combinación con tecnologías como la inteligencia artificial está permitiendo comprender mejor los mecanismos de progresión de la enfermedad y el análisis de grandes volúmenes de datos, lo que está posibilitando acelerar el desarrollo de nuevas terapias. Un nuevo horizonte que desde AseBio analizamos en este Día Mundial de la Esclerosis Múltiple de la mano de Mireia Forner, Medical Head Neurología en Sanofi Iberia, compañía que trabaja para cambiar la forma en que se entiende y se trata la esclerosis múltiple.
“Es un cambio de paradigma: no se trata solo de tratar lo que se ve, sino de cuantificar de forma más temprana lo que aún no se ha manifestado clínicamente. Detectar señales de progresión incipientes es la nueva frontera en esclerosis múltiple”, explica Forner, que incide en que “el gran reto es la progresión de la discapacidad, que puede avanzar sin síntomas visibles y tener un impacto devastador”.
Un enfoque que desde Sanofi están trabajando junto a los profesionales sanitarios como los neurólogos especializados en EM, con una visión a largo plazo, basada en ciencia y anticipación que permita actuar antes de que el daño sea irreversible. Uno de los principales focos de Sanofi es el desarrollo de tratamientos dirigidos a la neuroinflamación crónica, responsable en parte de la progresión de la enfermedad.
“Utilizamos biomarcadores como los neurofilamentos de cadena ligera (NfL) además de técnicas de neuroimagen avanzada, para detectar daño antes de que sea evidente”. Para ello combinan ciencia, tecnología e inteligencia artificial para “hacer visible lo invisible”, y generar evidencia que contribuya a decisiones terapéuticas más personalizadas. “Esta integración de biotecnología e IA nos permite avanzar hacia tratamientos cada vez más precisos y oportunos”, argumenta Forner.
La detección temprana y el seguimiento del progreso son dos aspectos clave por lo que Forner incide en que trabajan para que “la progresión no pase desapercibida”. Para ello desarrollan herramientas que integran biomarcadores, neuroimagen avanzada y datos digitales para detectar signos tempranos de deterioro funcional. Un proceso en el que recalca que la inteligencia artificial desempeña un papel crucial al permite generar modelos con mayor sensibilidad, capaces de captar de forma más precisa y rápida el estado de cada paciente, “lo que facilita una toma de decisiones más informada”.
La colaboración con centros de investigación, universidades o startups biotecnológicas en la estrategia de Sanofi contra la esclerosis múltiple es fundamental. “Está en el ADN de nuestra estrategia”, afirma. “Uniendo fuerzas con clínicos, centros hospitalarios, expertos en biotecnología, análisis de datos e inteligencia artificial podemos acelerar la innovación y responder a las necesidades reales de los pacientes”.
En este sentido, la máxima que rige en la compañía es que “una innovación abierta y conectada, que no solo genere ciencia, sino también impacto”, ya que “las mejores soluciones surgen cuando la ciencia se combina con nuevas formas de pensar”, defiende.
La entrevista finaliza hablando sobre las perspectivas de futuro de la esclerosis múltiple. Un horizonte que desde Sanofi vislumbran con un abordaje integral y personalizado de la enfermedad que combine la voz de los pacientes y profesionales sanitarios con biotecnología, biomarcadores, inteligencia artificial y herramientas digitales para anticipar la progresión y actuar antes de que el daño sea irreversible. “El desarrollo biotecnológico permitirá adaptar el tratamiento a las características únicas de cada persona y detectar señales de progresión incluso antes de que aparezcan clínicamente”.
Además de esta transformación científica, considera necesario un cambio cultural. En línea con este objetivo se ha puesto en marcha la campaña JaquEMate, una campaña que usa el ajedrez como metáfora para explicar que, en la esclerosis múltiple como en una partida compleja, cada movimiento cuenta y anticiparse puede marcar la diferencia.
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