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Partiendo del supuesto de que actualmente la internacionalización de los proyectos farmacéuticos es prácticamente inevitable, se consideran los principales desafíos que supone realizar un proyecto farmacéutico fuera del país y se analizan los aspectos clave para no fracasar en el intento.
Proyectos sin fronteras
El diseño y la construcción de instalaciones para la fabricación de medicamentos, la propia fabricación o ambas cosas a la vez pueden describirse bajo el término general de “proyectos farmacéuticos”. Las empresas que se dedican a esta actividad están abocadas, de forma casi inevitable, a su internacionalización, es decir al desarrollo de proyectos fuera de su país de origen, tanto a fin de conseguir un crecimiento en su cifra de negocios, como para protegerse mejor de las crisis siguiendo la vieja práctica de “evitar poner todos los huevos en el mismo cesto”.
Aún y así, la salida de las propias fronteras conlleva notables dificultades y supone un salto cualitativo y cuantitativo muy importante para una empresa. Se utiliza el término “dificultades”, aún a sabiendas de que es muy impreciso, porque nos estamos refiriendo a un conjunto de problemas que se derivan de los diversos factores que intervienen en un proyecto farmacéutico y que obligan a reunir información, a evaluarla y finalmente a tomar decisiones. A fin de cuentas el éxito en un proyecto dependerá de lo adecuadas que hayan sido las decisiones y éstas solamente lo podrán haber sido si se disponía de buena información y si ésta se analizó correctamente.
