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En la actualidad, los procesos de la industria farmacéutica apenas se parecen a los de hace 10 o 20 años. En todo este tiempo, la biotecnología moderna ha mejorado significativamente las posibilidades de la medicina: es altamente especializada y cada vez está más personalizada.
La tecnología de medición y control desempeña un papel muy importante en este entorno: numerosos parámetros del proceso se mantienen de manera fiable, permanente y exacta en el valor indicado, ya que los organismos involucrados solo desarrollan su crecimiento óptimo si se ofrecen las condiciones ideales. Si los valores se desvían, la proliferación se ralentiza o los microorganismos mueren. Cada bioproceso funciona de manera diferente y de acuerdo con sus propias reglas. Sin embargo, todos tienen en común que están fuertemente influenciados por factores externos. La tarea de la tecnología de medición es realizar un seguimiento de estas trayectorias variables y garantizar los valores adecuados para el entorno deseado.
