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El día 21 de noviembre, el Departamento de Salud de Cataluña acogió una reunión de trabajo dedicada al debate y análisis de las políticas de impulso de los medicamentos biosimilares en el Sistema Nacional de Salud (SNS). El encuentro, organizado conjuntamente por el Servei Català de la Salut y la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares (BioSim), congregó a responsables autonómicos de la gestión de medicamentos, expertos regulatorios y gestores sanitarios.
La bienvenida institucional contó con la intervención de Alfredo García, director del Servei Català de la Salut, y Juan Pérez, vicepresidente de BioSim. El director recordó la reciente aprobación del PIPMED, “Plan del Medicamento del Departamento de Salud que busca, entre otros fines, racionalizar el uso de medicamentos para un óptimo uso de los recursos sanitarios”. En ese marco estratégico, “los medicamentos biosimilares suponen una herramienta clave y compartir buenas prácticas entre regiones puede apoyar la toma de decisiones”. Pérez, por su parte, subrayó el doble objetivo que guía estas jornadas. “Por un lado, pretendemos abordar temas de actualidad —como puede ser, en esta ocasión, el debate internacional sobre la simplificación del desarrollo clínico de biosimilares para su aprobación—; y, por otro, favorecer un intercambio sincero y útil de experiencias autonómicas, no solo de aquellas iniciativas que han funcionado, sino también de las que no han logrado los resultados esperados, porque en esos aprendizajes reside a menudo la clave para mejorar”. Ambos destacaron la importancia de fortalecer la colaboración público-privada para maximizar los beneficios clínicos y económicos que aportan estos medicamentos.
La primera ponencia de la jornada estuvo a cargo de Alba Villacampa, consultora responsable del estudio sobre Impacto presupuestario de los biosimilares en el SNS entre 2020 y 2030, que cifra en más de 22.000 millones de euros los ahorros que se esperan como consecuencia de la competencia biosimilar entre 2024 y 2030. Se puso en valor que “el estudio se basa en datos de consumo oficiales y en precios reales de compra, y se han adoptado asunciones muy adaptadas a cada principio activo con el objetivo de que las estimaciones sean lo más aproximadas posible a los ahorros que se producirán en la realidad”. Villacampa recordó que el estudio tiene una utilidad claramente práctica para los responsables autonómicos de la gestión de biosimilares pues “las estimaciones de consumo futuro sirven como herramienta para la planificación presupuestaria, el ajuste más certero de volúmenes de compra pública o el diseño de estrategias específicas para el fomento de biosimilares cuando su entrada al mercado es próxima”.
Sol Ruiz, jefa de la División de medicamentos biológicos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, abordó un asunto que se debate actualmente en el seno de la Agencia Europea del Medicamento: si seguirán siendo necesarios los ensayos clínicos confirmatorios de eficacia para la autorización de biosimilares. En su presentación, explicó este nuevo enfoque, destacando que “dados los avances metodológicos que permiten una exhaustiva caracterización analítica y funcional, hay un creciente consenso internacional sobre la posibilidad de simplificar o eliminar los ensayos clínicos comparativos de eficacia y seguridad cuando la evidencia técnico-científica lo permita”. Según Ruiz “es fundamental realizar actividades educativas sobre el racional que hay detrás de este cambio en la evaluación de biosimilares, con el fin de que no merme la confianza de médicos y pacientes en estos medicamentos”.
La mesa redonda “Aprendiendo de la experiencia: políticas de biosimilares en las Comunidades Autónomas”, moderada por Isabel del Río, subdirectora de BioSim, reunió a cuatro ponentes de amplia trayectoria que, desde sus perspectivas, mostraron distintos ejemplos de políticas autonómicas que están configurando el panorama actual de biosimilares en España.
Thais de Pando, coordinadora del Grupo de Biosimilares del Área del Medicament del Servei Català de la Salut, abordó en profundidad la estrategia catalana de impulso al uso de biosimilares, que ha permitido a la región mejorar sustancialmente sus cifras de utilización. “Se trata de una estrategia integral que incluye la formación de profesionales sanitarios, un horizon scanning, posicionamiento formal sobre intercambiabilidad, indicadores por área terapéutica, incentivos económicos y sinergias de compras”. Este enfoque, en el que hay actuaciones dirigidas a ciudadanía y profesionales sanitarios, sitúa a Cataluña – según cifras del primer semestre de 2025- entre las regiones con mayores niveles de utilización a nivel nacional; en concreto, la primera en la penetración de biosimilares en oficina de farmacia”.
A continuación, Flora Pérez, jefa del Servicio de Gestión Farmacéutica de la Consejería de Salud de Cantabria, presentó un análisis sobre la persistencia terapéutica como indicador para evaluar el uso de los biosimilares; los indicadores en los contratos programa forman parte de la Estrategia de biosimilares del Servicio Cántabro de Salud. Pérez expuso la necesidad de medir no solo la penetración del medicamento biosimilar sino la duración de los tratamientos con biosimilares. Este indicador cuantitativo de seguimiento longitudinal, “propuesto por un grupo de optimización clínica, muestra valores del 40-50% con una tendencia creciente, lo que indica que, si bien mejora la persistencia del tratamiento biosimilar, aún existe margen de mejora”.
Mª José Calvo, subdirectora general de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud, ha compartido las líneas estratégicas del plan de la Comunidad por fomentar los biosimilares que incluye indicadores en los contratos programa, transparencia periódica de datos de utilización en sus hospitales, información para profesionales sanitarios y pacientes, compra centralizada e incentivos. A este respecto, ha compartido los resultados de un proyecto impulsado por la región para mejorar la utilización de biosimilares en sus hospitales que se tradujo en un incremento de 7 puntos porcentuales y que contó con el compromiso de los profesionales sanitarios para su ejecución. En este sentido, la subdirectora subraya que “el impulso de los equipos multidisciplinares ha sido determinante para los buenos resultados obtenidos”.
Finalmente, Josep Maria Guiu, director del Área de Farmacia y del Medicamento del Consorci de Salut i Social de Catalunya, expuso el funcionamiento del sistema dinámico de adquisición que esta entidad junto al Institut Català de la Salut y La Unió han puesto en marcha dentro de la sinergia de compra promovida por el Servei Català de la Salut para la adquisición de ustekinumab -original y biosimilares-. En palabras de Guiu, “esta técnica de racionalización de la compra pública ofrece una ventaja clara respecto al acuerdo marco, modelo habitualmente usado, y es la agilidad para el proceso de licitación y la adjudicación”. “Este SDA, al que se han adherido el 90 % de los centros del SISCAT, permite la licitación progresiva de cualquier nuevo ustekinumab que entra al mercado lo que promueve la competencia y la eficiencia para los hospitales”.
El encuentro concluyó con la intervención de Ana Clopés, directora del Área del Medicament del Servei Català de la Salut, quien agradeció a los responsables de las CCAA su participación en la reunión y puso en valor que se fomenten “estos foros en los que podemos intercambiar conocimiento y experiencias entre regiones para mejorar la toma de decisiones en cuanto a política farmacéutica”.