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La Dra. Núria Oliva Jorge, investigadora del Grupo de Ingeniería de Materiales (GEMAT) de IQS, lidera el proyecto REJUVEN8, una iniciativa que tiene el objetivo de desarrollar bioadhesivos innovadores capaces de curar heridas relacionadas con la fibrosis dérmica sin dejar cicatrices y modulando el reloj epigenético de los fibroblastos. El proyecto recibe financiación del Plan Estatal 2024 – Generación del Conocimiento del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades/Agencia Estatal de Investigación.
La fibrosis patológica consiste en un desarrollo anormal y excesivo de tejido fibroso o cicatriz en cualquier órgano del cuerpo, resultante de una lesión crónica, inflamación o enfermedad. Actualmente no existe ningún tratamiento eficaz para esta dolencia, debido en parte a la falta de modelos experimentales que reproduzcan el entorno mecánico y bioquímico de las cicatrices. Cuando aparece la patología, los fibroblastos —células encargadas de fabricar la malla de la piel— pueden entrar en un estado de senescencia (envejecimiento celular), liberando señales que endurecen e inflaman el tejido. Por este motivo, el envejecimiento y la fibrosis suelen ir de la mano.
La investigación de la Dra. Oliva en el área de Ingeniería de Tejidos se centra en entender la interacción entre las células de la piel y la matriz extracelular para modular la curación. Los bioadhesivos desarrollados en el marco de REJUVEN8 funcionan, en la práctica, como una “tirita inteligente”: mantienen la herida unida y, simultáneamente, proporcionan pistas físicas y químicas a las células para que cicatricen de manera ordenada.
REJUVEN8 explora el uso de materiales blandos, transpirables y biocompatibles que, sin necesidad de añadir fármacos, se “comunican” con las células a través de su elasticidad y composición. El objetivo es “convencer” a los fibroblastos para que trabajen como lo harían en una piel joven y sana, revirtiendo la fibrosis dérmica y evitando que construyan una cicatriz rígida.
Como primera prueba de concepto, la investigación se focaliza en la fibrosis dérmica. Para validar la capacidad de los bioadhesivos de modular el envejecimiento celular, el grupo de la Dra. Oliva utilizará modelos propios de dermis sana y fibrótica. Estos modelos consisten en minitejidos de piel construidos en laboratorio con células humanas y geles biocompatibles, donde es posible ajustar la dureza y los componentes para imitar las condiciones reales y observar el comportamiento celular.
Tras aplicar el apósito, se mide la disminución de las señales de envejecimiento celular y la activación de genes relacionados con una regeneración óptima. Asimismo, se evalúan cambios visibles como la cantidad y organización de la malla celular.
De acuerdo con los resultados que se obtengan, y una vez demostrado que estos biomateriales pueden guiar a las células hacia una curación más limpia y flexible, la tecnología podría aplicarse en heridas quirúrgicas, quemaduras u otras lesiones cutáneas, abriendo la puerta a nuevas terapias sin fármacos.
Además, el conocimiento derivado de esta investigación podría aplicarse en el futuro a otros órganos y enfermedades como la diabetes o el Alzheimer. Estas patologías comparten mecanismos de envejecimiento y endurecimiento de los tejidos con la fibrosis dérmica, por lo que este estudio podría inspirar nuevas vías terapéuticas en estos campos.